jueves, 21 de mayo de 2015

Diálogos de besugos (III)

Después de un rápido saludo para el personal, vamos ahí al ataque con una nueva tanda de diálogos sufridos (ocurridos, ocurridos quería decir, me traiciona el subconsciente) en un día cualquiera, en una situación cualquiera eso sí, en el mismo país de siempre...

Esto pasó en una notaría (qué juego dan las notarías por cierto).

Hace poco fui a una notaría a hacer un trámite tenía que legalizar dos documentos, un proceso relativamente rápido, sencillo y con escasas posibilidades de generar material para el blog, pero... hay que conocer las notarías peruanas (que por cierto diría que abundan más que los malos conductores pero es que esos se cuentan por millones en Lima...), el caso es que el empleado que me atendió tenía un día especialmente inspirado, cosa que en el fondo, muy en el fondo, ahí donde como sigas rascando te encuentras con los mismísimos vapores de azufre del infierno, se agradece...

Empleado: Señor, ¿querrá boleta o factura?.
Yo: Factura.
Empleado: ¿Me apunta aquí sus datos?.
Yo: Sí, cómo no, aquí tiene.

Después de trastear unos momentos con los papeles...
Empleado: Señor, ¿querrá una boleta para cada documento o una boleta para los dos?.
Yo: No verá, quiero FACTURA, UNA FACTURA única para los dos documentos.

El hombre agacha la cabeza, escribe en un papel, cabecea, mueve otros cuantos papeles...
Empleado: Ah, ya ya, entonces...¿boleta verdad?.
Yo: Que no...que quiero factura....UNA FACTURA...(en estos casos piensa uno que es mejor llevar un megáfono o un cartel tamaño A3, el caso es ahorrar saliva, claro que la paciencia se consume igual con lo que poco se arreglaría).

Otra muy buena, en un supermercado, un día que se me ocurrió la brillante y descabellada idea de comprarme una cerveza de las grandes.

Hago aquí un inciso para comentar un tema de medidas sobre todo.

Creo recordar que esa cerveza era de 3/4 de litro o la medida equivalente porque claro, se puede entender que con el americanismo que abunda por aquí (eso tiene que ser objeto de una entrada independiente en el blog) las medidas sean diferentes, que midan en onzas o en libras, vale, por ahí podemos pasar.
Con lo que me cuesta más tragar es con que por ejemplo vendan los huevos de 15 en 15. ¿Cómo es eso?, ¿dónde queda la docena de huevos de toda la vida?, de verdad, algo he curioseado en internet y de la "quincena de huevos" o similar como unidad de medida no he encontrado nada.
Además y aquí ya se desmonta cualquier teoría, lo cojonudo es que luego sí tienen envases de media docena, 6 huevos como Dios manda, aunque claro, sería muy complicado que fueran capaces de envasar media quincena de huevos, no creo que tuvieran "huevos" de hacer eso y mucho menos de convencer a la gallina para que ponga un "medio huevo", en fin...

Bueno el caso es que llegué a la caja con mi cesta, empieza la cuenta, llega a la botella de cerveza y ahí ví que la cosa se podía complicar (titubeos, mirada cruzada, ceño fruncido, la cosa prometía...), va la cajera y me dice:

Cajera: Señor, ¿ha traido el envase de vidrio vacío?.
Yo: Pues no, no he traido, no tenía ninguno en casa.
Cajera: Ah, verá es que entonces no le puedo vender la botella de cerveza.
Yo: Anda, ¿y por qué no?.
Cajera: Verá es que nosotros vendemos la cerveza pero no el envase, entonces no se la podemos vender.
Yo: Ah bueno, entonces no se preocupe, cóbreme el envase y en paz.
Cajera: No señor, es que no podemos hacer eso, no vendemos el envase, sólo la cerveza.
Yo: Anda, ¿y si no tengo ningún envase vacío no puedo comprar esta cerveza?.
Cajera: No señor, es que podemos venderle el envase, así que no puedo venderle la cerveza, si quiere como alternativa podemos venderle un pack de botellines que sale parecido (parecido porque van llenos de la misma cerveza, poco más, aunque ya me dí por satisfecho, mientras no me pidiera 6 botellines vacíos, muy lógicos estos andinos...).

En ese momento estuve tentado de volver a decirle que me cobrara el envase pero algo hemos aprendido en estos dos años y es que reiterados cabezazos contra una pared peruana sólo llevan a un dolor de cabeza o algo peor por lo que resignado le digo:

Yo: Pues venga, tráigame 6 botellines, pero de la misma marca eh?.

La cajera manda a un muchacho de los que llenan las bolsas a por los botellines, después de varios minutos vuelve diciendo que no lo encuentra, que piensa que en ese formato no lo tienen. La cajera envía a otro muchacho que juraba y perjuraba que sí había y que lo traía "al toque", error, error, el muchacho se perdió en los pasillos, se fue a buscarlo a la sección de las frutas y verduras o lo abdujeron o lo que sea, porque nunca volvió.
Así que le dije a la cajera que yo mismo iba a buscarlos, que si quería llevaba a su sitio la botella de las narices, ante lo cual me miró con una cara tan rara (tal vez pensaría que me la iba a beber por el camino para conseguir una botella vacía) que directamente me fui, me di un paseito y conseguí mis cervezas, de esa misma marca y encima no tuve que comprarme una quincena, conseguí media docenita y a otra cosa.

Esta otra fue en una tienda de deportes, iba yo tan contento e ilusionado a comprarme unas zapatillas para andar en bici.

Yo: Hola, quería unas zapatillas para andar en bici.
Empleado: Pues mire tenemos este modelo que compra mucho la gente para hacer spining.
Yo: Ah, de acuerdo, yo es que ando en bicicleta pero de las de siempre, de las que tienes ruedas y se  mueven al aire libre pero en fin, ¿las tendría en un 41?.
Empleado: No verá es que en este modelo sólo tengo a partir del 44, ¿quiere probárselas?.
Yo: Hombre pues de ese número más bien no...¿tiene otro modelo del que tengan mi número?.
Empleado: Sí mire, este otro modelo que también se ha vendido mucho.
Yo: Bien, me gustan, déjeme que me las pruebe.
Empleado: Sí señor, claro que sí, ¿qué número?.
Yo: El 41 claro (con cara de desesperación).
Empleado: Ah no señor verá es que este modelo tampoco tenemos números más pequeños que el 44...
Yo: Oiga pues no, tampoco me van a valer. (lo que no le pregunté es cuanto se creía el tío que me habían crecido los pies en un par de minutos....miedo me dió la respuesta).

Después de todas estas peripecias, yo sigo buscando en vano el estante de Paciencia en los supermercados pero no lo encuentro, no sé si es porque se agota enseguida o porque no nos la quieren vender....mira, ahí si que sería práctico poder comprarla "de 15 en 15 kilos"...

Un saludo para todos.

AMM