domingo, 6 de abril de 2014

Diálogos de besugos

Quien más quien menos, todos hemos leído algún "diálogo de besugos" alguna vez, aquellos que aparecían en algunas publicaciones cuando éramos peques, en algunos cómics de Mortadelo y Filemón de la época.

Los "Diálogos para Besugos" eran una sección humorística escrita por Armando Matías Guiu que empezó a publicarse en 1951 en la revista española de historietas DDT, que inicialmente se llamó "El DDT Contra las Penas". Lamentablemente el hecho de que el contenido de la revista fuera de múltiple autoría no deja muchas pistas para averiguar exactamente la razón de haber utilizado al inocente "besugo" en lugar de otro pez, más que el hecho de que dicha palabra, según la RAE, es también un término aplicable a una "Persona torpe o necia", lo cual da más sentido a la frase "Diálogo de Besugos", que como sabemos significa "Conversación sin coherencia lógica".

Y precisamente por esta última definición, os transcribo a continuación algunas situaciones vividas por aquí que bien podrían pasar por Diálogos de Besugos...

Ocurrido en la entrada de un playa, pública y de libre acceso.

Policía: Señor ¿me permite las mochilas?, ¿puede abrirlas para fiscalizar el contenido?.
A: Sí, claro.
Policía: Uy señor, lo siento, no está permitido el ingreso a la playa con comida.
A: ¡Vaya hombre!, mire usted, solo traemos unas patatas fritas, unos bocadillos y un pastel,..., si no es nada, no vamos a ensuciar la arena.
Policía: Lo siento, no se permite el ingreso de comida a la playa.
A: Vaya...,
Policía: La torta y las patatas sí la pueden meter, el resto de comida no se puede. Sólo las tortas y las patatas fritas están permitidas.
A: ¿Y eso por qué?, ¿Por qué un bocadillo no puedo y una tarta de nata si puedo?.
Policía: Son las normas de la municipalidad. No se puede ingresar comida, pero tortas si.
A: No lo entiendo, la torta es comida y también puede ensuciar la playa.
Policía: Señor, la municipalidad, las normas,...,
A: Bueno, J..., llévate la comida al coche y deja aquí la tarta,...

Habíamos ido en bus y J... metió la comida pero por otra entrada a la playa, a todo esto, a la hora de comer cantidad de vendedores por la playa ofreciendo comida e incluso los camareros de los restaurantes de al lado que curiosamente no tenían ningún reparo en servir la comida en la misma arena...en fin, sobran los comentarios...

Al rato de plantar sombrilla y toallas, se acerca otro policía distinto...

Policía: ¿Qué lleva ahí señor?, ¿no será una carpa de montaña?. (tienda de campaña, de las pequeñas, vamos según preguntaba el policía ni que fuera tamaño carpa de circo).
J.: pues sí, es una tienda de campaña, no me irá usted a decir que no está permitido el ingreso con tiendas de campaña.
Policía: así es señor, normas de la municipalidad.
J.: Pues voy a entrar con la tienda, no la voy a montar, si quiere me detiene.
Policía: No señor, no puede.
J.: No la voy a montar,...,
Policía: Está bien, pero no la monte.
J.: No se preocupe.,..., al rato, J. que se pone a montar la tienda,..., y al momento llega el policía (no sé si en caso de una emergencia real habría tardado menos...).
Policía: Señor, me va usted a malograr la tarde.
J.: Ahora la desmonto, no se preocupe.
Policía: Mire, no me malogre la tarde, que estaba yo tan feliz, va a venir mi supervisor y me va a hacer escribir un informe, mi turno termina en una hora, luego no hay policías y entonces puede usted montarla tranquilamente cuando yo no esté, no me malogre la tarde señor.
J.: Ah, vale, pues muy bien, luego la monto....

Ocurrido en un supermercado.

J.: Buenas, quería un paquete de Marlboro, de 10 cigarrillos, rojo, con boleta, no tengo tarjeta de socio del Vivanda. Tengo prisa.
Cajera: ¿Marlboro?.
J.: Sí.
Cajera:¿De 20 o de 10?.
J.: De 10.
Cajera: ¿De qué color señor?.
J.: Rojo, señorita.
Cajera: Ahorita mismo se lo traigo..., al rato,...,
Cajera: No hay señor, se han acabado.
J.: Señorita, ahí hay 5 paquetes (apuntando con el dedo).
Cajera: Ah, sí, gracias.
J.: Vale, muy bien.
Cajera: ¿Boleta o factura?.
J.: Me da igual, boleta,...,
Cajera: ¿Tiene tarjeta vivanda?,
J.: No, no tengo.
Cajera: ¡Uy!, ¿no tiene sencillo?.
J.: Pues no, lo siento.
Cajera: ¿Donaría dos centavitos?.
J.: Sí, sí, claro.
Cajera: ¿Lo meto en la bolsita?.
J.: No hace falta, démelo ya.
Cajera: Que tenga un buen dia señor.
J.: (Entre dientes): ¡su p... m..!.

Ocurrido en un taxi (este diálogo lo deben poner en el examen para sacarse la licencia de taxista porque rara es la semana que algún taxista no te lo suelta...).

Taxista: ¿De dónde es usted?.
J.: Español.
Taxista: ¿Del Real Madrid o del Barcelona?.
J.: No me gusta el fútbol, me da igual. Lo que me gustan son los coches de carreras.
Taxista: ¿Qué le parece el Mouriño?, ¿y Zidane?, ¿y Xabi Alonso?.
J.: No sé, no me gusta mucho el fútbol.
Taxista: ¿Qué le pareció el último partido del barça ( o barza como lo suelen publicar aquí en los medios escritos, ay dichosa ç cedilla...)?.
J.: Silencio sepulcral.
Taxista: ¿señor?.
J.: (entre dientes): joderrrr...

Ocurrido en una oficina cualquiera, un día cualquiera, para un trámite insignificante.

Secretaria: J., para pedir el certificado de habilidad al colegio de ingenieros hay que hacer un escrito con cargo.
J.: Ah, pues muy bien, vete preparándolo que te lo firmo.
Secretaria: Pero me han dicho que la firma tiene que ser igualita que en la solicitud de ingreso al colegio de ingenieros.
J.: Muy bien, intentaré que me salga igual.
Secretaria: Y me han dicho que hay que poner el mismo sello que en la solicitud.
J.: Muy bien, tengo mi sello, el que pone ingeniero de caminos, usaremos el mismo sello, no te preocupes.
Secretaria: Pero me han dicho que el sello tiene que tener el escudo del colegio de ingenieros y tu número de colegiado del colegio del Perú.
J.: No puede ser, si tiene que ser el mismo sello que el de la solicitud de ingreso no puedo tener un sello con número de colegiado peruano porque entonces estaba precisamente solicitando el ingreso en el colegio. Eso es imposible, en ese momento no lo tenía.
Secretaria: Pues es lo que me han dicho, que quieren la misma firma y el mismo sello que en la solicitud de ingreso y que en el sello ponga el número de colegiado peruano.
J.: Vale, perfecto, vete a hacerme un sello con el número peruano y ponemos los dos sellos, el español para que sea igual que la solicitud y el peruano para que tenga número peruano, la firma espero que me salga igual.
Secretaria: Pero dos sellos no se pueden poner.
J.: Pues ya me dirás tú que hacemos.
Secretaria: No sé.
J.: Ya hablo yo con los del colegio,..., (y entre dientes): hay que joderse...

En fin. así funcionan las cosas por aquí (o por acá, por aquello de adoptar terminología local), no hay que malgastar energía ni paciencia en intentar recurrir a la lógica, es inútil, el procedimiento es el procedimiento y si es absurdo da igual, hay que seguirlo....es el sistema.

Esta entrada va dedicada con cariño a Julito.

AMM.